Para obtener un diagnóstico diferencial con puntos débiles y fuertes cognitivos: Trastorno por déficit de Atención con /sin Hiperactividad (TDAH), Dislexia, Discalculia, Trastornos en lateralidad, Trastorno de Aprendizaje No verbal (TANV) Problemas de lenguaje, Problemas de conducta, dificultades emocionales o sociales, dificultades de aprendizaje.
Para conocer las formas particulares de aprendizaje del niño y determinar necesidades específicas de educación.
Para identificar factores neurológicos y afectivos en caso de fracaso escolar.
En caso de daño cerebral, alteraciones del cuerpo calloso (agenesia), cuadros epilépticos, retraso mental y retraso madurativo o síndromes neurológicos y Trastornos Generalizados del Desarrollo.
Para verificar los efectos de una medicación (a petición del neurólogo o psiquiatra).
Para seguir la evolución de un niño tras un diagnóstico médico o un tratamiento.
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